De la capacitación al desarrollo organizacional y de éste hacia la ambidestreza

El tiempo dedicado por las mujeres y hombres a trabajar es también un espacio para su desarrollo personal. Al ir aumentando sus destrezas, adquiriendo conocimientos e interactuando con los demás, se van incrementando los recursos personales para desenvolverse en la vida.En una relación de dos vías,...

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Main Author: Elvira Carrasco Díaz
Format: Artículo de divulgación
Language:spa
Published: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez 2015
Subjects:
Online Access:http://erevistas.uacj.mx/ojs/index.php/NovaRua/article/view/352
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Summary:El tiempo dedicado por las mujeres y hombres a trabajar es también un espacio para su desarrollo personal. Al ir aumentando sus destrezas, adquiriendo conocimientos e interactuando con los demás, se van incrementando los recursos personales para desenvolverse en la vida.En una relación de dos vías, las empresas prosperan, entre otras razones, por el talento humano; las personas que ahí participan pueden acceder a más oportunidades para una mejor calidad de vida.La presente investigación tiene el propósito de mostrar el estado del conocimiento que guardan los procesos educativos que se realizan en contextos laborales. Las estrategias educativas con fines laborales se muestran históricamente en tres grandes modelos: el artesanal, donde los oficios eran transmitidos de generación en generación, acompañados de una escala de valores propios del oficio; el modelo industrial, que surgió por el aumento en la demanda de productos como resultado de la revolución industrial; finalmente, el modelo de desarrollo organizacional, que surgió a partir del siglo xix, en el que se da una visión sistémica y se espera que la educación sirva para crear las condiciones deseadas para el futuro.Las posturas teóricas recientes invitan a comprender que los procesos educativos desarrollados en contextos laborales atienden sentidos diferentes. Uno de ellos es el preservar lo actual (un ciclo), dar seguimiento a saberes que deben permanecer; otro, es el favorecer la innovación, la ruptura de paradigmas y la creación de nuevos conocimientos (ciclo doble). A la capacidad de las empresas para desarrollar ambos sentidos se le llama ambidestreza, término que lleva a las organizaciones a buscar maneras de integrar ambos sentidos sin llegar aun a concretar el camino para ello. 
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