Edición crítica de Las armas del viento y Finisterra

A continuación, se presentará la edición crítica de Las armas del viento (1977) y de Finisterra (1982). Carlos Montemayor fue un escritor comprometido con su obra; consciente del transcurrir del tiempo y sus consecuencias en el individuo, adquirió una madurez poética que se manifiesta en sus últimos...

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Bibliographic Details
Main Author: Solórzano Castillo, Graciela
Other Authors: Campbell Manjarrez, Ysla
Format: Tesis maestría
Language:spa
Published: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez 2019
Subjects:
Online Access:http://hdl.handle.net/20.500.11961/5112
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Description
Summary:A continuación, se presentará la edición crítica de Las armas del viento (1977) y de Finisterra (1982). Carlos Montemayor fue un escritor comprometido con su obra; consciente del transcurrir del tiempo y sus consecuencias en el individuo, adquirió una madurez poética que se manifiesta en sus últimos poemarios, Los poemas de Tsin Pao (2007) y Apuntes del exilio (2010), así como su previa antología titulada Poesía (1997) en la que incorporó todo el repertorio lírico que disponía hasta ese momento para una versión final, que frente a las primeras ediciones presenta numerosas variantes en el caso de Las armas del viento, y unas cuantas en Finisterra. La elección de las dos obras a editar surge de la necesidad de rescatar del olvido la poesía compuesta por Montemayor. Su primer poemario, aunque aún inmaduro formalmente, gesta los problemas que el artista se plantea ‒como la muerte, la eternidad, la memoria‒ y expresa por medio de la palabra a lo largo de su vida. Además, enfrentadas sus dos versiones (1977 y 1994) nos evidencian cómo el proceso creativo es algo continuo aún después de publicada una pieza. Por su parte Finisterra, obra intermedia en la vida del autor, no tiene tantas variantes, pero representa el poemario que muestra una ruptura con su primera etapa poética y todo lo que eso conlleva: contrastes, imágenes que serán recurrentes en su trabajo ‒tanto desafortunadas como luminosas estéticamente‒, apego a una forma lírica específica, influencias y la confirmación de su “poética”. Resulta necesaria la reedición de la poesía de Carlos Montemayor, puesto que permitirá una revaloración poética que hasta ahora no traspasa el comentario elogioso de la nota periodística o la contraportada del libro. También es necesario conocerlo como poeta para comprender su labor como narrador, ensayista y traductor. Ciertamente, su obra lírica no siempre llega al acierto poético ‒sobre todo en su primera etapa‒, pero la complejidad de las incógnitas que plantea, el retorno a la memoria y la búsqueda en el lenguaje, lo convierten en un autor que vale la pena de ser leído y revalorado críticamente. Para ello, se necesita una edición de su trabajo que se encargue de seguir el rastro del “oficio del escritor” de forma ordenada y clara: no se puede trabajar con lo que permanece en reposo, incompleto, ilocalizable ‒ya que su obra es difícil de adquirir en su totalidad‒.